Es el momento y nadie quiere desaprovecharlo. Merlin Properties, Hispania, Axiare, Lar España y Uro, las cinco grandes socimis cotizadas españolas, han pisado el acelerador para aprovechar la ventana de liquidez que se ha abierto en el mercado y todas ellas han sentado las bases, en apenas un mes, para poder salir al mercado a pedir a los inversores casi 3.000 millones de euros.
Para hacerse una idea del alcance de esta cifra, la suma de la capitalización de estas compañías asciende a 3.400 millones de euros, nivel que alcanzan cuando acaba de cumplirse un año del estreno de la primer de ellas, Lar España, en salir a cotizar.
La socimi liderada por José Luis del Valle y Miguel Pereda aprobó este mismo jueves, en su Junta General de Accionistas, autorizar al consejo para llevar a cabo una ampliación de capital por hasta el 50%, el equivalente a unos 200 millones. La empresa sigue así la estela iniciada por Axire el pasado 31 de marzo, cuando anunció la puesta en marcha de un movimiento de este tipo para captar hasta 360 millones de euros.
Dos semanas después, Merlin Properties dio luz verde a emitir 64,5 millones de títulos dirigidos a levantar 613,8 millones; mientras que Hispania sorprendió al mercado el pasado lunes levantando 337 millones en apenas tres horas en una ampliación acelerada en la que la demanda multiplicó por más de dos veces la oferta.
Uro Property tampoco se ha quedado atrás y tras vender a AXA casi 400 oficinas de Santander por 308 millones, importe un 10% superior a la valoración de estos activos realizada por CBRE, ha puesto en marcha unaemisión de bonos a 25 años con la que prevé conseguir 1.300 millones y que quiere tener cerrada este mismo mayo.
Todos los astros se han conjurado en favor de estas compañías que, además de haberse convertido en los protagonistas indiscutibles de la incipiente recuperación del mercado inmobiliario, se están viendo favorecidas por dos factores clave de alcance internacional.
Por una parte, la política del Banco Central Europea de tipos cero y su programa de compra de deuda (QE) ha llevado la deuda pública a terreno negativo y ha forzado a todos los grandes inversores institucionales, los auténticos catalizadores del mercado, a buscar alternativas que les permiten conseguir rentabilidades de entre el 3% y el 5% con un riesgo relativamente bajo. Y parecen haberlas encontrado en las socimis.
Estas empresas están obligadas a repartir el 80% de su beneficio en dividendos, lo que les convierte per se casi en una alternativa a la deuda púbica. Pero, además, se encuentran bajo el manto de una tormenta perfectacreada por un entorno de exceso de liquidez, derivado de la política del BCE, y bajo precio de los activos inmobiliarios españoles, después de ocho años de crisis, que ha convencido al mercado de que es el momento de comprar en España.
La puntilla del dólar
El dólar ha sido la puntilla, al haberse revalorizado un 20% frente al euro en el último año. El hecho de que con un billete verde puedan comprarse muchos más euros ha abierto definitivamente la veda para que los grandes fondos estadounidenses dirijan sus dardos hacia activos europeos.
De hecho, la actual ventana de liquidez que están aprovechando las socimis ha ido dejando migas de pan por el camino desde hace varios meses, sobre todo, desde la recta final del pasado ejercicio, cuando los bancos centrales de Europa (BCE) y Estados Unidos (Fed) dejaron claro que caminaban en direcciones opuestas, con el primero dispuesto a regar los mercados de liquidez, y el segundo decidido a terminar con años de estímulos.
Tras estos primeros tanteos, y después de haberse confirmarse el cambio de tercio que empezó a anticiparse en la recta final del pasado ejercicio, ahora ha llegado la hora de la verdad. Y ésta se cifra, al menos por el momento, en casi 3.000 millones de euros pedidos al mercado.
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